Opini�n

"Los trabajadores explotan al empresario"

Por Juan J. Paz-y-Mi�o Cepeda

En una intervenci�n ante los empresarios reunidos en el reciente Latam Economic Forum 2025 realizado en Argentina, el presidente Javier Milei sostuvo que, siendo el dinero un "bien de intercambio indirecto" (sirve para comprar otros bienes), quienes venden su "trabajo", le "compran dinero a su empleador". Inmediatamente agreg� que, siguiendo un formato a lo Rothbard, acababa de "destruir la teor�a de la explotaci�n"; y reiter�: los trabajadores "venden" su trabajo al empleador a cambio de dinero; "compran dinero a cambio del trabajo", con lo cual se termina la teor�a de la explotaci�n, "salvo que los trabajadores est�n explotando a los empresarios" (https://t.ly/GHnh8 ; https://t.ly/jKOYh).

Pero �qui�n es el economista al que el presidente Milei cita tan reiteradamente? Se trata del estadounidense Murray Rothbard (1926-1995), poco conocido en Am�rica Latina hasta que Milei lo enalteciera ante el mundo pol�tico e intelectual, por ser el fundador del libertarianismo o anarcocapitalismo, una ideolog�a econ�mica que se ha expandido entre los acad�micos de la ultraderecha y los think tanks libertarios de la regi�n, como Fundaci�n Libertad, en Argentina; Fundaci�n para el Progreso en Chile; Instituto Mises, en M�xico y Brasil; CEDICE Libertad, en Venezuela; Instituto de Libre Empresa, en Per�; Fundaci�n Ecuador Libre y otras.

Identificado con la Escuela Austr�aca, que hace �nfasis en la "libertad econ�mica", Rothbard escribi� m�s de una veintena de libros, aunque destaco El hombre, la Econom�a y el Estado (1962) y la �tica de la libertad (1982). Formul� una ideolog�a que postula, por sobre todo, el libre mercado absoluto, sustentado por la iniciativa privada y la abolici�n del Estado, por ser un instrumento de opresi�n social y de "robo", por intermedio de los impuestos. Vida, libertad y propiedad privada son inviolables y pertenecientes al derecho natural. De modo que cualquier forma de autoridad atenta contra la libertad. El gobierno no tiene autoridad leg�tima para regular la econom�a, emitir dinero o impartir justicia, pues todo ello puede y debe ser provisto por el mercado, ya que son funciones voluntarias y privadas. Concomitantemente, hay que quitar impuestos, acabar con los "Estados de bienestar", poner mano dura a la delincuencia, revocar privilegios, suprimir ayudas econ�micas al extranjero, fomentar los valores tradicionales y religiosos. En sus especulaciones sobre el mercado libre entraron el mercado negro y el trabajo infantil, tanto como su oposici�n al igualitarismo social. Desde luego, fue un profundo antisocialista.

Rothbard objet� los modelos matem�ticos o estad�sticos y la historia como m�todo emp�rico, aunque escribi� una amplia historia sobre los Estados Unidos desde su particular concepci�n ideol�gica. Abraz�, en cambio, la praxeolog�a, un m�todo de l�gica simplemente deductiva y a priori, tomada de Ludwig von Mises (1881-1973), otro de los "padres" del anarcocapitalismo, igualmente exaltado por Milei y los libertarios latinoamericanos, quien rechaz� la historia como base de la teor�a econ�mica. Por tanto, los razonamientos simplemente mentales se impusieron y Rothbard y Mises confiaban en un mercado "libre" forjado en su conciencia, pero no en la realidad. Una especie de caricatura de G.W.F. Hegel, aunque bien lejos de la genialidad de este fil�sofo, en la cual el mercado es el Absoluto o Dios. Incluso un mercado sin Estado solo existi� en los primeros tiempos del capitalismo de la primera Revoluci�n Industrial del siglo XVIII, en nada sujeto a la "voluntad libre" de trabajadores y empresarios, sino a la arbitrariedad de �stos, que impon�an jornadas extenuantes y salarios de miseria, sin leyes laborales. Por eso, con el avance del tiempo, los Estados intervinieron para regular la econom�a y progresivamente bajo la orientaci�n de proteger a los trabajadores y promover el bienestar colectivo, imposible exclusivamente por la "libertad" empresarial. La equidad social, la justicia laboral, se lograron con Estados interventores, como pueden demostrarlo los Estados de bienestar europeos.

Rothbard y Mises nunca investigaron sobre Am�rica Latina y sus escasas referencias son aisladas y prejuiciadas, pues tienden a cuestionar el "socialismo" de la regi�n, los "populismos" y el intervencionismo estatal. Contradiciendo a los dos ide�logos libertarios, en estas tierras los dominios olig�rquicos y un empresariado sin mentalidad social han sido ejes del subdesarrollo. Los momentos hist�ricos en los que m�s se ha aproximado la regi�n a un sistema de "econom�a libre", se caracterizan por el estancamiento o deterioro de las condiciones de vida y trabajo de la mayor�a de la poblaci�n, mientras se acumula riqueza en las �lites propietarias del capital. Pueden servir de ejemplo la primera "�poca plutocr�tica" del Ecuador entre 1912-1925 o las d�cadas finales del siglo XX y lo que va del XXI en todos los pa�ses donde se han impuesto la ideolog�a neoliberal y los gobiernos de empresarios.

Rothbard ten�a razones solo ideol�gicas y no emp�ricas para formular su teor�a subjetiva del valor, seg�n la cual los bienes son valorados por los individuos. Mises cuestionaba al sistema socialista porque no podr�a hacerse un c�lculo econ�mico racional al no existir mercado ni precios reales, una vez abolida la propiedad de los medios de producci�n. Ambos antimarxistas no entendieron la teor�a del valor-trabajo de K. Marx. En El Capital, Marx demostr� que los capitalistas compran la fuerza de trabajo; o en otras palabras, los trabajadores "venden" la fuerza de trabajo por un salario (dinero). El capitalista no paga por el trabajo realizado, por la producci�n efectuada. Esta diferencia de conceptos es clave para comprender que, por consiguiente, se produce una estafa empresarial, o siguiendo a Marx, los trabajadores producen un "plus-valor" del que se apropia el capitalista. En otras palabras, la explotaci�n no ha muerto, porque los trabajadores no venden su "trabajo" sino su "fuerza de trabajo". Queda desmontada, una vez m�s, la ideolog�a libertaria.

Y, adem�s, si se sigue a los aut�nticos anarquistas (W. Godwin, P.J. Proudhon, M. Bakunin, S. Faure, Kropotkin), opuestos a todo tipo de dominio y poder, se entender�a que la lucha por la aut�ntica libertad humana no se agota con la supresi�n del Estado, sino que avanza a la abolici�n del poder opresor del propietario de los medios de producci�n, que somete a sus condiciones y arbitrariedades contractuales, la vida de otros seres humanos, impidiendo su plena libertad. Esto es lo que ocurre al pretender que los contratos de trabajo, las jornadas o los salarios, queden exclusivamente bajo la "libre" voluntad de las partes.

La historia de Am�rica Latina demuestra incluso que hay una burla constante a las leyes laborales, que los derechos de los trabajadores son los grandes afectados cuando hay gobiernos empresariales, que los servicios p�blicos son liquidados por los ideales del Estado peque�o, achicado, y por las privatizaciones; y que, en la regi�n, siempre ha sido perversa, por sus consecuencias sociales, la ideolog�a de la "libertad econ�mica".

Fuente: Historia y Presente

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